El principito es un libro ilustrado, considerado para niños, pero con muchas enseñanzas para adultos. En él, el autor, narra su experiencia en el desierto del Sahara, luego de caer ahí por un desperfecto en su avión. En medio de la nada, muy lejos de la civilización, conoce a un jovencito proveniente del asteroide B-612, El Principito, quien le hace critica de los adultos y su modo de vivir. A lo largo del libro, El Principito le cuenta las rarezas de los adultos, lo que creen que es “esencial” y lo que de verdad debería serlo.
«Acerca del Autor»
Antoine de Saint-Exupéry, aviador y escritor francés, nacido en 1900. Vivió muy ligado a su madre, cuya cultura y sensibilidad lo marcaron. Participo en la 2da Guerra Mundial, sus experiencias las narra en sus diferentes libros como: Tierra de Hombres, El vuelo y El Principito. Su vida como aviador, le sirve de inspiración para sus diversos libros, donde reflexiona, digamos filosóficamente, sobre el amor, las relaciones, las amistades, la fidelidad y el heroísmo. Fallece en 1944, un año después de la publicación de El Principito. En 1948, se publica póstumamente su última obra que dejo inconclusa “La Ciudadela”.
«Opinión Personal»
A cierta edad se nos comienza a olvidar que es lo que realmente es esencial, si bien, todos hemos sido niños, perdemos la curiosidad conforme pasa el tiempo y no solo eso, perdemos la imaginación cada vez más conforme nos hacemos personas grandes.
El Principito nos hace ver a su manera, como hay cosas más importantes que poseer o reinar, hay personas demasiado tristes que buscan olvidar sus problemas en vicios o demasiados avaras y no se dan cuenta que solo existen ellas en sus pequeños planetas. Dentro del libro se nos presentan diversos personajes: el aviador, como una muestra de un adulto que se ha vuelto “serio” y ha olvidado cosas más importantes; el principito, como es niño que todos poseemos dentro, que no tiene paciencia para explicarse demasiado con los adultos; la caja donde está su cordero, como una referencia a la imaginación que muchas veces nos falta y demás. Siempre necesitamos un empujón para levantarnos, eso significa el principito para mí, como una muestra de que todos estamos buscando algo especial, un poco de agua de un pozo o una brisa que nos calme, sabe mucho mejor cuando se nos ha sido entregada con esfuerzo.
Y, ¿Qué dicen de sus rosas? Es el tiempo que le dedicamos a algo o alguien lo que los hace nuestro y somos responsables de nuestras rosas siempre, aunque ya no estemos con ellas, puesto que hemos cuidado y hasta lastimado.
Finalmente, siendo niños, nos encontramos con las personas mayores que son muy complicadas, no entienden las cosas sencillas y los niños están cansados de explicar, así que simplemente lo dejan pasar.
Crecemos con nuestros propios baobabs y si no los cortamos a tiempo, nos destruyen, el hogar de un niño es tan pequeño, que es considerado un asteroide y no un planeta, está lleno de cosas por explicar, es indispensable no llenar ese asteroide con árboles o elefantes, basta un simple cordero para mantener todo ordenado.
Y así, al final de nuestra niñez, cuando dejemos los infantilismos, caigamos suaves contra la arena y al mirar las estrellas, nos encontremos riendo recordando que en algunos momentos todos tuvimos mucha imaginación.
Si sienten que han perdido algo o que no entienden porque, busquen a su principito, respiren, levántense y continúen.
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